El pasado 4 de julio, se cumplió un nuevo aniversario de la muerte de la científica más brillante que ha conocido la humanidad. Dos días después de esa fecha, el viernes 6 de julio de 1934, al mediodía y sin que estuviera presente ni un político ni un solo funcionario público, Madame Curie entró modestamente al reino de los inmortales. La acompañaban en aquel solemne momento de la inhumación, sus parientes, sus amigos y los colaboradores de su obra científica, que le profesaban entrañable afecto.
